Ríndete ante este oscuro y delirante mini-álbum.
Seileen, que describe su propia música como industrial, gótica y clásica, empezó sus actividades en 2005, pero solo han lanzado su CD debut este año. Está formada por dos miembros: Selia y DJ Sisen. Actualmente su discográfica es la Darkest Labyrinth Records, la firma de música goth/industrial líder en Japón. Han actuado en Tokyo Decadence y han cautivado la imaginación de muchos. No se sabe mucho de Seileen, ya que los cubre un manto de misterio y lo mismo se podría decir de su música, tensa y minimalista.
La pista de introducción, Kaikan, es sin lugar a dudas inquietante y siniestra. Un trasfondo de murmullos y efectos de sonido indistinguibles bastan para erizar los pelos de la nuca de los que lo escuchen. Eden Without Even es la clase de canción de trance hipnótico que esperarías escuchar en clubs underground. La voz de tenor de Selia le da un aire de misterio a la melodía, una muestra del trabajo de Seileen. La canción está hecha con gusto y es refinada; hay bastantes repeticiones, pero no las suficientes como para aborrecerla. Muchas notas son sostenidos o bemoles que contribuyen al efecto hipnótico que tiene por defecto Eden Without Even.
Con un comienzo de cariz siniestro y un impresionante final de cuerda encontramos Demento. La voz en esta canción es más suave y se va fundiendo con el fondo. Susurros y murmullos conspiradores se unen perfectamente a esta atmósfera amenazadora. La parte del ritmo es prominente y eso dota a Demento de un matiz espeluznante. El ritmo es más rápido y dramático y un piano que imita al clavicémbalo le confiere una textura de lo más interesante.
Baku, la cuarta canción, induce más al trance que la propia Eden Without Even. Con un matiz oriental de fondo generado por notas que se intercalan a intervalos atípicos, la canción es peligrosamente hipnótica. Selia le añade una voz evocadora, y la canción contiene un ritmo que acelera progresivamente. La armonía disonante de las voces sumada a una desquiciada y lograda risa, convierte esta canción en la mejor del álbum.
Carnival of Blood es una canción verdaderamente tentadora, con un estilo militar en la batería, violines chirriantes y la melodía de un chelo que suena como la tonada de un encantador de serpientes. Todo unido crea un efecto de pesadilla. En las estrofas, la voz de Selia es profunda mientras que en los estribillos su voz aumenta una octava. Un inconveniente de Carnival of Blood son los violines que chirrían y a los que se les da un uso excesivo en la canción, tanto es así que llegan incluso a molestar.
En la sexta canción se escuchan campanas fantasmagóricas y los arreglos de fondo son exquisitos, pero la línea vocal que sigue la melodía no es tan buena como lo es en las anteriores, a pesar de las misteriosas respiraciones y murmullos. Rensa es más seductora pero te será difícil no encontrarla molestamente similar a las canciones anteriores.
Kinjirareta Asobi es uno de esos álbumes que solo pueden amarse u odiarse. Si estás metido en la música gótica y etérea, este álbum es para ti; si, por el contrario, el estilo no te entusiasma, lo encontrarás muy repetitivo e incluso aburrido. Si Seileen hubiera excluido las dos últimas canciones, el álbum tendría la duración perfecta y te dejaría con ganas de escuchar más.
La pista de introducción, Kaikan, es sin lugar a dudas inquietante y siniestra. Un trasfondo de murmullos y efectos de sonido indistinguibles bastan para erizar los pelos de la nuca de los que lo escuchen. Eden Without Even es la clase de canción de trance hipnótico que esperarías escuchar en clubs underground. La voz de tenor de Selia le da un aire de misterio a la melodía, una muestra del trabajo de Seileen. La canción está hecha con gusto y es refinada; hay bastantes repeticiones, pero no las suficientes como para aborrecerla. Muchas notas son sostenidos o bemoles que contribuyen al efecto hipnótico que tiene por defecto Eden Without Even.
Con un comienzo de cariz siniestro y un impresionante final de cuerda encontramos Demento. La voz en esta canción es más suave y se va fundiendo con el fondo. Susurros y murmullos conspiradores se unen perfectamente a esta atmósfera amenazadora. La parte del ritmo es prominente y eso dota a Demento de un matiz espeluznante. El ritmo es más rápido y dramático y un piano que imita al clavicémbalo le confiere una textura de lo más interesante.
Baku, la cuarta canción, induce más al trance que la propia Eden Without Even. Con un matiz oriental de fondo generado por notas que se intercalan a intervalos atípicos, la canción es peligrosamente hipnótica. Selia le añade una voz evocadora, y la canción contiene un ritmo que acelera progresivamente. La armonía disonante de las voces sumada a una desquiciada y lograda risa, convierte esta canción en la mejor del álbum.
Carnival of Blood es una canción verdaderamente tentadora, con un estilo militar en la batería, violines chirriantes y la melodía de un chelo que suena como la tonada de un encantador de serpientes. Todo unido crea un efecto de pesadilla. En las estrofas, la voz de Selia es profunda mientras que en los estribillos su voz aumenta una octava. Un inconveniente de Carnival of Blood son los violines que chirrían y a los que se les da un uso excesivo en la canción, tanto es así que llegan incluso a molestar.
En la sexta canción se escuchan campanas fantasmagóricas y los arreglos de fondo son exquisitos, pero la línea vocal que sigue la melodía no es tan buena como lo es en las anteriores, a pesar de las misteriosas respiraciones y murmullos. Rensa es más seductora pero te será difícil no encontrarla molestamente similar a las canciones anteriores.
Kinjirareta Asobi es uno de esos álbumes que solo pueden amarse u odiarse. Si estás metido en la música gótica y etérea, este álbum es para ti; si, por el contrario, el estilo no te entusiasma, lo encontrarás muy repetitivo e incluso aburrido. Si Seileen hubiera excluido las dos últimas canciones, el álbum tendría la duración perfecta y te dejaría con ganas de escuchar más.
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